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Sierra Norte de Puebla en Luto: Huracán deja 5 muertos, 11 desaparecidos y caos total

La Sierra Norte de Puebla despierta en medio del dolor. El huracán Jerry dejó un saldo trágico: al menos 5 muertos, 11 desaparecidos y más de 80 mil damnificados, además de derrumbes masivos, inundaciones, explosiones de hidrocarburos y comunidades completamente aisladas. Puebla está de luto, y la sierra exige ser escuchada.

Impacto humano: vidas perdidas y desaparecidos

Las autoridades confirmaron que, hasta esta tarde, cinco personas han muerto a causa de deslaves e inundaciones en municipios serranos. En contraste, once personas están desaparecidas. Según reportes locales, tres desaparecidos corresponderían a Pahuatlán, y ocho a Huauchinango tras un derrumbe en ese municipio. Algunas fuentes actualizan cifras distintas: algunos medios mencionan 3 desaparecidos y 8 atrapados entre escombros. Los municipios más afectados por las pérdidas humanas son Pahuatlán, Xicotepec y Tlacuilotepec.

Daños masivos: deslaves, vías bloqueadas y desbordamiento de ríos

Más de 70 derrumbes y deslaves se han registrado en todo el territorio de la Sierra Norte, especialmente en carreteras secundarias y tramos montañosos. Cuatro ríos se han desbordado, provocando inundaciones en zonas bajas, afectando hogares y cultivos. El municipio de Huauchinango vivió más de 52 horas de lluvia intensa, ocasionando caos en sus colonias, cortes de luz y evacuaciones. Las vías México‑Tuxpan y otras rutas locales presentan cierres totales o parciales por derrumbes de roca y lodo. La comunidad de Teteloloya en Tlacuilotepec amaneció bajo el agua, con viviendas anegadas y caminos intransitables.

Explosiones e incidentes con hidrocarburos

En Xicotepec de Juárez se reportaron derrame de combustible en ríos y la explosión de un ducto de hidrocarburo en la zona de La Ceiba, provocados por la presión del agua y el movimiento del terreno. La explosión no dejó heridos confirmados, pero sí generó alarma entre los habitantes cercanos y la evacuación de algunas viviendas. El hospital del municipio sufrió infiltraciones de agua y filtraciones que pusieron en riesgo equipos médicos, por lo que se evacuaron pacientes.

Damnificados, evacuaciones y ayudas en marcha

El gobierno estatal informó que hay 80 mil personas damnificadas en la Sierra Norte de Puebla, lo que incluye familias que perdieron todo o quedaron aisladas. Autoridades habilitaron albergues, entre ellos el Recinto Ferial de Huauchinango, para atender a quienes necesitan resguardo inmediato. El SEDIF del estado distribuye despensas, cobijas, colchonetas y paquetes de higiene a los damnificados. El gobernador Alejandro Armenta se encuentra supervisando los trabajos en la zona más afectada e instruyó el despliegue de maquinaria pesada para liberar carreteras. Organismos de rescate, Protección Civil y brigadas locales colaboran en la remoción de escombros y el auxilio en comunidades aisladas.

Testimonios desde el corazón del desastre

“Sentimos cómo el cerro se venía encima de nosotros, no pudimos hacer nada más que correr”, relató una habitante de La Ceiba al describir el momento del deslave. Vecinos de Huauchinango relatan noches de insomnio, con el agua subiendo dentro de las casas y árboles cayendo sobre los techos. Una familia atrapada entre lodo y escombros fue rescatada, según autoridades, con ayuda de vecinos que usaron sus manos mientras llegaba el personal de emergencias.

Qué sigue: riesgos latentes y acciones urgentes

Se pronostican más lluvias en la región, lo que aumenta el riesgo de nuevos deslaves e inundaciones en las zonas más vulnerables. Muchas comunidades aún no reciben ayuda por su difícil acceso: es imprescindible abrir vías y llegar hasta el último rincón. Se hace urgente instalar centros de atención médica móvil, agua potable emergente y fortalecer la atención psicológica para los afectados. El seguimiento de las personas desaparecidas debe ser prioridad. Las familias exigen transparencia en las labores de búsqueda.

La Sierra Norte de Puebla está herida. Pero sigue en pie. La naturaleza golpeó con fuerza, pero sus pueblos, aunque con lágrimas y pérdidas, se resisten a caer.

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